martes, 26 de mayo de 2009

Blue kite


…porque estaba aburrido y encontró abandonado un barrilete azul, que echó a volar para distraerse un poco. Pero algo sucedió… no sé si vio que volaba muy alto y se asustó, si encontró alguno más llamativo y completo, más fácil de manejar y lo cambió por él, o si tal vez el hilo se cortó bruscamente de un momento a otro. Sólo sé que ese cometa siguió volando en el cielo, pero sin dirección alguna, mientras lo veía a él en el suelo correr lejos, perdiéndose de su vista; y desde entonces ya no lo ve más, aunque siga con la estúpida esperanza de que algún día pase por su mente el momento en el que lo dejó a la deriva, y corra a su auxilio.
Pasan largos meses… se aproxima al suelo cada vez más, aunque las esperanzas siguen estando casi intactas...



Una vez que desapareció de mi vida, todo pareció magnificarse increíblemente. Porque empecé a amar en la ausencia, así como en la ausencia también fue que empecé a odiar.
¿Tantos sentimientos pueden habitar en una persona, sentirlos incluso juntos cuando son aparentemente opuestos, y cambiar de uno a otro en sólo un instante, como una especie de bipolaridad? Al parecer en mi sí… mis opuestos se funden entre ellos, transformándose en una sola cosa confusa, sin forma aparente en el caso de que las emociones y los sentimientos pudieran tener forma alguna.


…aquél barrilete azul, que hace tiempo había vuelto a caer ferozmente a tierra cuando tomaba vuelo por segunda vez, quedó nuevamente abandonado, roto, destrozado en realidad; creía que había perdido su alma. Sólo mirando su hilo, ahora manejado por nadie, hacía que recordara cuando estaba en el cielo, siendo felizmente dirigido por ese ser que creyó que se había convertido en su dueño. Seguía manteniendo una leve esperanza de volver a sentir aquél estado de plenitud que sólo había sido producido por ese hombre que, irónicamente, así como lo hizo sentir feliz como nunca antes, también había traído a su cielo las nubes más negras y tormentosas, cuando de repente, sintió su presencia, volvió a sentir su risa, y se dio cuenta de que su alma seguía en su lugar.
Sentimientos encontrados lo habitaron como un torbellino, como si hubiese sentido una brisa perfecta para volver a montar vuelo. Pero todo fue una ilusión… aquélla risa, su risa, venía acompañada por otra risa más, paralela a la suya. Y así lo vio, vio a su antiguo conductor, al que los restos de su alma seguían añorando como a nadie… pero ésta vez tenía entre sus manos un hilo mucho más grueso y resistente que el suyo, y, al levantar sus ojos, observó el motivo de aquellas sonrisas que llenaban su rostro: estaba remontando feliz y orgullosamente, sin ningún tipo de vergüenza, un cometa nuevo y brillante, y lo mostraba extasiadamente a todos a su alrededor, sin importarle en lo más mínimo la presencia de aquél barrilete azul que no significó nada para él…


Blue.
[Fragmentos de un proyecto]

1 comentario:

·· denn ·· dijo...

Sabía que iba a ser así de hermoso (=) Y sabés qué? No me produce tristeza... Porque sé que ahora volás LIBRE y sin buscar a esa persona que te ataba.